Durante la década de los 90, la historia de la desaparición de Ylenia Carrisi captó la atención de todos los programas de televisión, incluido ‘Salsa Rosa’, conducido por Santi Acosta y con Lydia Lozano como colaboradora. En ese entonces, Romina Power, madre de la desaparecida, defendió fervientemente la teoría de que la joven seguía con vida.
El 19 de febrero de 2005, Lydia Lozano dio una impactante exclusiva. Once años después de la desaparición de Ylenia Carrisi, la colaboradora afirmó tener pruebas de que la joven estaba viva y residía en Santo Domingo con su familia. A pesar de no revelar su fuente, la periodista insistió en la veracidad de su investigación, basándose en su experiencia de 25 años en el medio.
Tras un viaje a República Dominicana en busca de Ylenia, Lydia Lozano tuvo que admitir públicamente su error, visiblemente afectada por la situación. En una entrevista posterior, la periodista expresó su arrepentimiento por haber difundido información falsa sobre la hija de Albano, reconociendo su confianza excesiva en la bondad de las personas como su debilidad.
En cuanto a la posibilidad de revelar la identidad de su fuente en el futuro, Lydia Lozano sugirió que dejaría esa información escrita en su testamento para que las generaciones futuras investigaran el caso. A pesar de sus errores, la periodista demostró humildad y reflexión sobre sus acciones pasadas.
En otra nota, Alba Brunet, una reconocida actriz, también ha sido protagonista de la escena mediática. Su presencia en los medios ha generado interés y expectativa entre el público, mostrando una faceta diferente de la vida artística y personal de la artista.
En resumen, la historia de Ylenia Carrisi y las revelaciones de Lydia Lozano nos recuerdan la importancia de la veracidad en la información, así como la responsabilidad de los medios de comunicación al difundir noticias impactantes. A través de estos casos, podemos reflexionar sobre la ética periodística y la necesidad de verificar la información antes de compartirla con el público.