La natación y la estimulación acuática para bebés: Beneficios para tu hijo
La natación y la estimulación acuática para bebés son dos actividades que suelen confundirse, pero la Academia Americana de Pediatría afirma que la natación, definida como la acción de trasladarse en el agua flotando, no es posible hasta después de los cuatro años debido al desarrollo neuromuscular. Por lo tanto, en los primeros años de vida, de tres a 24 meses, hablamos de estimulación acuática.
Beneficios de la estimulación acuática para tu hijo
1. Adaptación al medio acuático: Un adecuado programa de estimulación acuática tiene fases que ayudan a tu niño a adaptarse al agua, desde la familiarización con el medio, ejercicios de tonificación muscular y equilibrio, hasta las inmersiones.
2. Maduración del sistema nervioso: La serie de estímulos que tu bebé recibe durante la clase, que dura máximo 45 minutos, favorece la maduración del sistema nervioso.
3. Experiencias sensoriales y de percepción: Durante la estimulación acuática, tu hijo recibe estímulos que incluyen experiencias sensoriales, de percepción, autocontrol corporal, juego y descubrimiento. Aprende a controlar su respiración, descubre las capacidades de su cuerpo, desarrolla autonomía y se conecta con su padre o madre, ya que solo uno puede ingresar con él a la piscina.
4. Desarrollo de conexiones neuronales: La asimilación de estos estímulos permite que el cerebro de tu hijo forme el mayor número de conexiones neuronales posibles durante la primera infancia, potenciando su desarrollo psicomotriz.
5. Desarrollo de habilidades y fortalecimiento de vínculos afectivos: El objetivo de la estimulación acuática es desarrollar habilidades en el medio acuático, lo que facilita el desarrollo de la inteligencia, fortalece los vínculos afectivos y ayuda a formar una personalidad segura en sí mismo.
Te compartimos algunos consejos para ayudar a tu hijo a iniciar clases de natación.