En este pueblo, cada año nacen alrededor de 8,612 bebés. Esta cifra se igualaría a la cantidad de árboles plantados anualmente en Bruselas, la capital de Bélgica y sede de la Unión Europea, gracias a una iniciativa ambiental única en su tipo.
La iniciativa «Baby Boom»
Este proyecto, conocido como «Baby Boom», forma parte del Plan de Clima adoptado por el municipio de Bruselas en mayo de 2018. Su objetivo principal es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con una posible reducción de hasta 13 toneladas de CO2 al año. Además, busca concienciar sobre la importancia del cambio climático más allá de las fronteras.
Desde el año 2020, cada vez que se registra un nacimiento en los registros municipales, los padres reciben una tarjeta informándoles que se plantará un árbol en nombre de su hijo en algún país del sur.
Una tradición ancestral
La tradición de plantar un árbol en honor a un nuevo nacimiento se remonta a tiempos antiguos y se puede encontrar en países como Líbano, Israel y diversas regiones de Europa y América. Esta práctica simboliza la fuerza, resistencia y arraigo representados por los árboles, que han sido parte fundamental de la historia de la humanidad desde hace siglos. Las madres solían buscar un lugar seguro y protegido para plantar una semilla después del nacimiento de su hijo, comprometiéndose a cuidarla hasta que creciera y se convirtiera en un árbol grande, fuerte y hermoso, al igual que su descendencia.