El fallecimiento de Leandro Ruiz Moragas, reconocido como hijo ilegítimo de Alfonso XIII, ha generado gran conmoción en la sociedad. A sus 87 años, Leandro dejó este mundo tras una fuerte neumonía que lo debilitó considerablemente. Aunque anhelaba ser enterrado en el Panteón de los Infantes de El Escorial, no obtuvo el reconocimiento necesario de la Familia Real, por lo que su descanso final tuvo lugar en el Cementerio de Nuestra Señora de la Almudena en Madrid.
Un Legado sin Reconocimiento
A pesar de su parentesco con la realeza, Leandro nunca recibió el título de Infante de España ni el tratamiento de alteza real que tanto anhelaba. Aunque se enviaron coronas de flores como gesto de condolencia, nunca fue parte de los eventos oficiales de la Corona ni gozó de la misma consideración que otros miembros de la familia real.

El Legado de Conchita Mora
Conchita Mora, la segunda esposa de Leandro, compartió una vida junto a él desde su matrimonio en 1982. A pesar de tener un hijo en común, Leandro tuvo otros seis hijos de su primer matrimonio. Tras sufrir un ictus recientemente, Conchita asistió al funeral en silla de ruedas, incapaz de movilizarse por sus propios medios.

Unión en la Adversidad
A pesar de las diferencias pasadas, Blanca, hija del primer matrimonio de Leandro, y Conchita dejaron de lado sus problemas para despedir juntas al ser querido. La muerte de Leandro las unió en un momento de profunda tristeza y reflexión.

Emotivos Gestos de Despedida
Durante el entierro, Blanca depositó una rosa naranja sobre la tumba de su padre, mostrando así su profundo dolor y amor por él en un gesto conmovedor y lleno de significado.

Unidad Familiar en el Dolor
Familiares y amigos se reunieron para despedir a Leandro en un momento de unión y apoyo mutuo. A pesar de la ausencia de la Familia Real, todos los seres queridos del difunto estuvieron presentes para honrar su memoria.

El Legado de Leandro de Borbón Jr.
Leandro de Borbón Jr., hijo único de Leandro y Conchita, acompañó a su madre en todo momento durante el funeral. Su gesto de colocar una cruz en el ataúd de su padre fue un momento emotivo y lleno de simbolismo, representando el amor y el respeto hacia su progenitor.
