¿Qué es la exterogestación?

La etapa de la exterogestación, también conocida como los segundos nueve meses del bebé, es crucial para su desarrollo. Durante este periodo, se ha descubierto que mantener al bebé en contacto permanente con su madre aporta innumerables beneficios tanto físicos como emocionales. A pesar de la sociedad occidental que ha creado mecanismos para separar a los padres de sus hijos, lo más beneficioso para el bebé es el contacto físico constante.

La importancia de la exterogestación

La exterogestación implica que el bebé necesite permanecer en los brazos de su madre durante otros nueve meses después del nacimiento. Este contacto íntimo no solo beneficia al bebé, sino que también fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos. Aunque el lugar idóneo para el bebé sea el cuerpo de la madre durante este periodo, existen oportunidades para que el padre también se involucre emocionalmente en el cuidado y crianza del bebé.

Beneficios y razones detrás de los nueve meses de exterogestación

La Naturaleza ha determinado que alrededor de los nueve meses, los bebés comienzan a mostrar signos de querer gatear o incluso caminar. Este desarrollo humano durante el primer año de vida es fascinante y la exterogestación permite completarlo de manera adecuada. Es un mito creer que llevar en brazos al bebé puede malcriarlo; por el contrario, el contacto físico constante contribuye a su crecimiento emocional y su autonomía en el futuro.

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Es fundamental comprender que la exterogestación no solo favorece el desarrollo del bebé, sino que también fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos. Por lo tanto, es primordial fomentar el contacto físico constante durante los primeros meses de vida del bebé para garantizar su crecimiento emocional y su bienestar a largo plazo.

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