La llegada de un bebé trae consigo muchas preguntas y dudas, especialmente en lo que respecta a la lactancia materna. Es común escuchar consejos de amigas, familiares y conocidas que pueden generar confusión. En este artículo, abordaremos los mitos más comunes relacionados con la lactancia y ofreceremos información veraz y útil para todas las mamás argentinas y de habla hispana.
Amamantar no debería ser doloroso
Uno de los mitos más extendidos es que la lactancia materna debe ser dolorosa. Sin embargo, si el bebé se encuentra en una posición correcta, con el pezón y la areola bien colocados en su boca, no deberías experimentar dolor. Es fundamental que la boca del bebé esté completamente abierta y que sus labios cubran tanto el pezón como la mayor parte de la areola. De esta forma, la succión será adecuada y no causará molestias.
Es posible amamantar durante el embarazo
Existe la creencia errónea de que no se puede amamantar mientras se está embarazada. Sin embargo, no hay ninguna razón médica que lo impida. Es perfectamente seguro amamantar a tu bebé durante el embarazo, siempre y cuando te sientas cómoda. En caso de dudas, es recomendable consultar con tu ginecólogo.
No es necesario establecer horarios fijos para la lactancia
Uno de los errores más comunes es intentar establecer horarios fijos para la alimentación del bebé. Lo ideal es alimentar al recién nacido al menos ocho veces al día, sin fijar horarios estrictos. Es importante permitir que el bebé tome leche a demanda, ya que interferir con este proceso natural puede afectar la producción de leche materna.
Se recomienda vaciar un seno antes de cambiar al otro
La recomendación general es ofrecer un solo seno hasta que el bebé lo haya vaciado por completo, para luego pasar al otro. En promedio, un recién nacido se alimenta adecuadamente en unos 40 minutos. Este enfoque ayuda a garantizar que el bebé reciba todos los nutrientes necesarios de la leche materna.
La alimentación balanceada es clave, no la cantidad de comida
No es necesario comer en exceso para mejorar la calidad de la leche materna. Lo más importante es mantener una alimentación equilibrada y variada, que incluya alimentos ricos en nutrientes. Además, es fundamental mantenerse bien hidratada, bebiendo suficientes líquidos a lo largo del día.
Evitar el consumo de cafeína durante la lactancia
Es recomendable reducir o evitar el consumo de café y bebidas con cafeína durante la lactancia, ya que esta sustancia puede afectar el sueño y el estado de ánimo del bebé. Opta por alternativas libres de cafeína para mantenerte alerta y evitar posibles complicaciones en la salud del bebé.
Los cítricos no afectan la producción de leche
Aunque se ha difundido la idea de que los cítricos pueden reducir la producción de leche, esto es falso. Los cítricos, ricos en vitamina C y ácido fólico, son beneficiosos durante el embarazo y la lactancia. No hay evidencia científica que respalde la creencia de que los cítricos afecten la producción de leche materna.
La lactancia ayuda a recuperar el peso después del parto
Es cierto que la lactancia materna puede contribuir a la pérdida de peso después del parto, pero los resultados no son inmediatos. Por lo general, se comienza a notar una disminución de peso significativa después de aproximadamente tres meses. La energía requerida para amamantar puede ayudar a utilizar la grasa acumulada durante el embarazo.
La posición del bebé influye en la salud de los pezones
Es importante que el bebé adopte una posición adecuada al alimentarse para evitar lesiones en los pezones de la madre. Una mala posición puede provocar grietas y molestias en los senos. Después de cada toma, se recomienda humedecer los pezones con leche materna o aplicar una crema especial para la lactancia que ayude a prevenir y aliviar las molestias.
La cesárea puede afectar la producción de leche
Tras una cesárea, es posible que la producción de leche se vea afectada debido a la intervención quirúrgica. Es importante colocar al bebé en el pecho lo antes posible después de la cirugía para estimular la producción de hormonas como la oxitocina y la prolactina, necesarias para la lactancia. Aunque la bajada de la leche puede retrasarse, con el tiempo la producción se normalizará.
El tamaño de los senos no determina la cantidad de leche producida
Contrariamente a la creencia popular, el tamaño de los senos no está relacionado con la cantidad de leche que una mujer puede producir. La capacidad de producción de leche está determinada por la estructura y función de las glándulas mamarias, no por el tamaño de los senos. Todas las mujeres, independientemente del tamaño de sus senos, pueden producir suficiente leche para alimentar a sus bebés.
En resumen, la lactancia materna es un proceso natural que puede generar dudas y mitos infundados. Lo más importante es confiar en ti misma y en tu capacidad para alimentar a tu bebé de forma saludable y amorosa. Si tienes alguna pregunta o inquietud, no dudes en consultar con un profesional de la salud especializado en lactancia. ¡Disfruta este hermoso momento con tu bebé!
Si deseas obtener más consejos y recomendaciones sobre lactancia materna, te invitamos a leer nuestro artículo sobre «4 consejos para una lactancia ideal». ¡Cuida de ti y de tu bebé en este maravilloso viaje de la maternidad!