¿Por qué decimos mentiras a los niños?

Mentir es una acción que implica no decir la verdad, y en muchas ocasiones nos enfrentamos al dilema de si es mejor decir la verdad o no. En este sentido, es importante reflexionar sobre por qué mentimos y qué motivos nos llevan a hacerlo, ya que esto nos permitirá comprender si realmente es necesario recurrir a la mentira.

Motivos para mentir

Existen diversas razones por las cuales podemos recurrir a la mentira en diferentes situaciones. Algunas de las razones más comunes incluyen:

Proteger a tu niño

En ocasiones, recurrimos a las llamadas «mentiras piadosas» con el objetivo de proteger a nuestros hijos de sufrimientos innecesarios. Por ejemplo, ante la pérdida de un ser querido, como el abuelito, es común decirles a los niños que se ha ido de viaje o que se quedó dormido, para evitar que sufran un trauma. Sin embargo, es importante considerar si esta protección temporal realmente les beneficiará a largo plazo.

Guardar las apariencias

En situaciones donde la imagen familiar está en juego, como en casos de abuso sexual, familiares encarcelados o hijos adoptados, es común recurrir a la mentira para mantener una apariencia de normalidad. Sin embargo, es fundamental cuestionarnos si es más importante mantener las apariencias o ser honestos con nuestros seres queridos.

Evadir responsabilidades

En la vida cotidiana, a menudo recurrimos a la mentira para evadir responsabilidades, como fingir una enfermedad para no ir al trabajo o pedirle a alguien más que diga que no estamos en casa. Aunque creemos que estas mentiras no afectan a nadie, es importante recordar que nuestros hijos observan y aprenden de nuestro ejemplo.

Es crucial ser conscientes de que mentir no es necesario y que, en muchos casos, puede generar confusión y desconfianza en nuestros hijos. La terapeuta Karla Amieva señala que es mejor hablar con la verdad a los niños, ya que ellos son capaces de entender las explicaciones y distinguir entre una mentira buena y una mala.

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Conclusión

En definitiva, es fundamental reflexionar sobre nuestros motivos para mentir y ser conscientes de las repercusiones que esto puede tener en nuestros hijos. Dar respuestas honestas y reflexionadas a nuestros pequeños contribuirá a fortalecer la confianza y la comunicación en la familia. Ser padres implica asumir la responsabilidad de nuestras acciones y palabras, y trabajar constantemente en mejorar nuestra forma de comunicarnos con nuestros hijos.

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