Ser padre primerizo puede ser un desafío abrumador, especialmente cuando nos enfrentamos a las molestias típicas de los recién nacidos. Sin embargo, la buena noticia es que la mayoría de estos malestares tienen soluciones sencillas y la clave está en mantener la paciencia y la calma. En este artículo, te proporcionaremos información detallada sobre algunas de las molestias más comunes que experimentan los bebés y cómo puedes abordarlas de manera efectiva para disfrutar de este periodo con mayor tranquilidad.
El bebé se rasguña la cara con las uñas
Una de las situaciones más comunes que pueden preocupar a los padres es cuando el bebé se rasguña la cara con las uñas. Esto puede ser un síntoma de picazón o un problema de piel, especialmente a partir de los tres meses cuando el bebé comienza a llevar objetos a la boca y a rascarse. Si notas alguna alteración dermatológica en la piel del bebé, es importante llevarlo al pediatra para recibir un diagnóstico adecuado. En caso de detectar un problema en la piel, el pediatra suele recomendar el uso de guantes para evitar que el bebé se lastime y desarrolle eccemas.
El bebé siempre tiene mocos
Otro malestar común en los bebés es la presencia constante de mocos, que suele ser un síntoma de resfriado común causado por un virus. Aunque este malestar no suele manifestarse con fiebre, puede resultar incómodo para el bebé y la mamá. Es importante limpiar con frecuencia la nariz del bebé para garantizar que pueda respirar adecuadamente y alimentarse. Si los mocos están secos o pegados, se recomienda aplicar suero salino fisiológico en las fosas nasales del bebé para ablandarlos y luego extraerlos con un aspirador nasal. Además, es fundamental ventilar la casa para mantener un ambiente saludable.
El bebé tira objetos una y otra vez
Durante el periodo de seis a nueve meses, los bebés suelen experimentar la etapa de tomar objetos y tirarlos, ya que están explorando la causa-efecto. Para abordar este comportamiento, puedes ofrecerle al bebé su objeto favorito sujeto a una pinza o cadena para que pueda jugar de manera segura. Es importante recordar que este juego es una forma de aprendizaje para el bebé y que es normal que quiera repetirlo una y otra vez.
Dermatitis del pañal
La irritación de la piel en la zona del pañal, conocida como dermatitis del pañal, es un malestar frecuente en los bebés debido al contacto de la piel con las heces y la orina. Aunque cambiar el pañal con frecuencia puede prevenir esta irritación, algunos bebés pueden desarrollar dermatitis a pesar de ello. En estos casos, se recomienda dejar al bebé sin pañal durante un tiempo para que la piel seque adecuadamente y luego aplicar una crema protectora. Es importante limpiar la zona con cuidado y evitar el uso excesivo de jabones, ya que pueden dañar la barrera natural de la piel. Si la irritación persiste por más de dos días, es recomendable consultar al pediatra.
El bebé se mueve mucho durante el cambio del pañal
Durante el cambio del pañal, es común que el bebé se mueva mucho y se muestre resistente, ya que está afirmando su personalidad y mostrando una reacción normal ante situaciones que no le agradan. Para lidiar con esta situación, es importante mantener la calma y sujetar firmemente al bebé por los pies para evitar que se lastime. Aunque puede resultar desafiante cambiar el pañal en estas circunstancias, es fundamental no perder de vista al bebé y evitar que se caiga. Algunos padres encuentran útil colgar un juguete en el techo para mantener al bebé entretenido durante el cambio del pañal.
El bebé no tolera el gorro
A pesar de la importancia de mantener al bebé abrigado con un gorro para prevenir resfriados e infecciones, algunos bebés pueden mostrar resistencia a usarlo. Esto se debe a que el bebé no es consciente de la necesidad de mantener la cabeza cubierta y puede intentar quitarse el gorro si lo percibe como algo extraño. Para abordar esta situación, se pueden probar gorros que se cierren con velcro para facilitar su uso, evitando modelos con cintas que puedan representar un riesgo para el bebé.
El bebé babea mucho
El babeo excesivo en los bebés suele estar asociado a la salida de los dientes, siendo una señal de que la dentición está cerca. Este exceso de saliva puede irritar la piel alrededor de la boca, por lo que es importante secar la barbilla del bebé y aplicar crema hidratante para prevenir irritaciones cutáneas.
Molestias por la dentición
La salida de los dientes puede causar molestias y malestar en los bebés, lo que puede manifestarse a través de irritabilidad, babeo excesivo y dificultades para comer. Para aliviar estas molestias, se recomienda ofrecer al bebé una mordedera fría, previamente enfriada en el refrigerador. En casos de irritabilidad intensa, algunos pediatras pueden sugerir el uso de paracetamol, aunque siempre es importante consultar con un profesional de la salud antes de administrar cualquier medicamento.
El bebé se destapa durante la noche
Es común que los bebés se destapen durante la noche, ya sea por calor o por cambios de postura. A partir de los seis a nueve meses, los bebés pueden acompañar sus sueños con movimientos intencionales, lo que puede llevarlos a destaparse. En estos casos, es importante no obsesionarse con cubrir al bebé en exceso y permitirle cierta libertad de movimientos. Se recomienda vestir al bebé con una pijama que cubra sus pies y lo mantenga abrigado, incluso si se destapa, sin limitar su movilidad.
El bebé se marea en el coche
Si bien es poco común que los bebés se mareen antes de cumplir un año, algunos pueden experimentar náuseas y vómitos durante los viajes en auto. Esto puede estar asociado a la falta de anticipación de los movimientos del vehículo, catarros nasales, altas temperaturas en el interior del auto o ambientes muy secos. Para prevenir las náuseas en el bebé, se recomienda evitar las temperaturas extremas y no alimentarlo justo antes del viaje. En caso de que el bebé ya consuma alimentos sólidos, el yogur puede ser una opción adecuada para el desayuno antes de un viaje en auto.
El bebé no gatea
El desarrollo psicomotor de cada bebé es único y puede variar en cuanto al momento en que comienzan a gatear o caminar. Si el bebé muestra señales de un desarrollo normal para su edad, como sostener la cabeza, sentarse, mirar y sonreír, no hay motivo de preocupación si aún no gatea. Es importante recordar que cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo y dará sus primeros pasos cuando esté listo. Para estimular su movilidad, se pueden colocar juguetes cerca del bebé, hablarle de manera amable y alentarle a alcanzar el objeto que le interese.
En conclusión, ser padre primerizo implica enfrentarse a diversas situaciones y malestares comunes en los recién nacidos. Sin embargo, con paciencia, calma y la información adecuada, es posible abordar estas molestias de manera efectiva y disfrutar de este periodo con tranquilidad. Recuerda que cada bebé es único y que es fundamental consultar con un profesional de la salud ante cualquier duda o inquietud sobre la salud y el bienestar del bebé. ¡Disfruta de esta etapa tan especial en la vida de tu familia!