Desde que nacemos, contamos con habilidades innatas que se desarrollan y perfeccionan a lo largo de las semanas. A medida que crecemos, aprendemos habilidades específicas provenientes de nuestro entorno, las cuales nos permiten adaptarnos y asegurar un crecimiento óptimo. Sin embargo, desde el momento de nuestro nacimiento, poseemos ciertas habilidades innatas, es decir, características y capacidades que están programadas previamente. Estas habilidades incluyen:
Reflejos
Los reflejos son una característica innata que, con el tiempo, se convierten en respuestas automáticas a los estímulos del entorno, con el propósito de proteger nuestro cuerpo.
Preferencias del gusto
Desde el momento en que nacemos, mostramos preferencias en cuanto al sentido del gusto, ya que es probable que todos tengamos una inclinación hacia bebidas dulces en lugar de amargas o muy saladas.
Capacidad auditiva
Incluso antes de nacer, como parte de la percepción sensorial, mostramos preferencia por sonidos armoniosos sobre los estridentes. Además, tenemos la capacidad innata de distinguir entre ruido y tono.
Capacidad visual y fotomotora
Desde el nacimiento, podemos ver objetos a una distancia de 20 a 30 cm y posiblemente en una gama de colores limitada a blanco, negro y grises. También somos capaces de percibir cambios en la intensidad de la luz y fijar puntos de contraste.
Estas habilidades se perfeccionan con el tiempo y el desarrollo, al igual que adquirimos muchas más a lo largo de nuestra vida. Es evidente que, incluso antes de nacer, nuestras capacidades son notables, lo que nos distingue de otras especies.
A lo largo de nuestra existencia, continuamos desarrollando habilidades y destrezas, pero es indudable que desde el vientre materno ya contamos con una base sólida de habilidades innatas que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida. ¡Descubre más sobre el increíble potencial que poseemos desde el nacimiento!