María Valenzuela nos abre las puertas de su hogar, un espacio cargado de historia, calidez y vínculos familiares que dan vida a cada rincón. Acompañada por su hija Malena, han logrado construir un ambiente único donde cada detalle cuenta una historia. Desde el living hasta el jardín, la casa de María Valenzuela conserva huellas de momentos significativos que han marcado sus vidas.
Una residencia llena de historia
María Valenzuela reside en una casa que va más allá de ser solo un lugar de convivencia, es un espacio que fusiona funcionalidad y memoria. Cada habitación, desde el living hasta las habitaciones, revela una estética íntima y una conexión profunda con su historia familiar. Ubicada en zona norte, esta vivienda ha sido testigo de episodios clave en la vida de María y su familia.
El living es el corazón de la casa, donde los tonos cálidos y la decoración cuidadosamente seleccionada crean un ambiente acogedor. Una gran biblioteca llena de libros, guiones y fotografías familiares adorna una de las paredes, mientras que un ventanal permite que la luz natural ilumine el espacio durante el día. Por las noches, la iluminación tenue brinda una atmósfera envolvente y acogedora.
En este mismo espacio, hace más de dos décadas, Malena sufrió un accidente cerebrovascular que cambió sus vidas para siempre. Fue en el living donde la joven se desvaneció mientras veía una película, marcando un antes y un después en la vida de ambas. Desde entonces, este lugar adquirió un valor simbólico aún más profundo.
La cocina es un espacio que combina lo rústico con lo moderno, con muebles de madera clara, alacenas abiertas y una isla central. Los utensilios y especias a la vista le dan un toque hogareño, mientras que las repisas albergan tazas de cerámica artesanal y pequeños electrodomésticos.
Las habitaciones siguen la misma línea estética, con funcionalidad, calidez y detalles personales que las hacen únicas. El cuarto de María Valenzuela, decorado con tonos neutros y una cama amplia, refleja su personalidad y gustos. Un perchero antiguo sostiene prendas y accesorios que la actriz utiliza a diario, añadiendo un toque personal al ambiente.
El jardín trasero es un oasis de tranquilidad, con árboles frondosos, plantas en macetas y un espacio para relajarse al aire libre. Un pequeño estudio en la propiedad sirve como refugio para María Valenzuela, donde repasa guiones y realiza entrevistas virtuales rodeada de recuerdos de su carrera.
La casa de María Valenzuela no solo es un lugar de residencia, es un reflejo de su historia, sus emociones y su forma de habitar el tiempo compartido. Cada espacio conserva trazos de historia, funcionalidad y afecto, convirtiendo la arquitectura del hogar en un testigo silencioso de una vida llena de momentos significativos. ¡Descubre más sobre la vida de María Valenzuela y su hogar único!